Por qué hay que verla
Dirigida por Jafar Panahi, flamante ganador de la Palma de Oro en Cannes 2025 por Un simple accidente, y escrita por el legendario Abbas Kiarostami, Crimson Gold es una de las películas esenciales del nuevo cine iraní.
Ganadora del Premio del Jurado de Una Cierta Mirada en Cannes 2003 y de la Espiga de Oro en la Seminci del mismo año, llega ahora por primera vez a los cines españoles, más de veinte años después de su estreno internacional.
Inspirada en un hecho real, la película retrata con una mirada lúcida y compasiva la historia de Hussein, un repartidor de pizzas en Teherán que, humillado por la desigualdad y la exclusión social, se ve arrastrado hacia un destino trágico. Panahi transforma un suceso policial en una exploración profundamente humana sobre la injusticia, la dignidad y la alienación contemporánea. Filmada con actores no profesionales y una puesta en escena de sobria precisión, Crimson Gold combina la observación documental con una construcción narrativa de una potencia casi dostoievskiana.
El guion de Kiarostami, probablemente el más depurado que escribió para otro cineasta, investiga las raíces invisibles del crimen -la pobreza, la humillación y la represión- sin ofrecer explicaciones psicológicas ni morales. Richard Brody en The New Yorker, definió la película como «poesía callejera crítica»: una obra que observa la vida con asombro y dolor, que transforma el absurdo en ironía y la desesperación en lucidez. Prohibida en Irán y celebrada en los festivales más prestigiosos, Crimson Gold se erige hoy como una pieza clave del cine contemporáneo.

