La actriz norteamericana de 44 años, de padre dominicano y madre portorriqueña, ha recordado que cuando se presentó a las pruebas de Avatar (2009) «vivía en Nueva York y me enteré que James Cameron estaba preparando una película. Al principio pensé que la cosa iría de esa franquicia japonesa cuyos derechos son suyos (la actriz se refiere a Alita: Ángel de combate); pero no volví a saber nada. Luego, como un mes después, me llamaron porque querían volver a verme… y sólo tenía los extractos del guion que nos dieron para las pruebas, donde aparecía esa chica de una tribu en la jungla… Todo un poco raro. Pero un mes después, alrededor de julio de 2006, me volvieron a llamar y me dijeron que en una semana me tenía que presentar en Los Ángeles para verme con James Cameron. Recuerdo estar muy nerviosa, pero él es una persona muy educada y accesible. En realidad, en vez de una prueba en la que te hacen actuar, terminó siendo como un encuentro para conocernos».
Una de cal y otra de arena, porque la actriz también ha recordado lo poco que le gustó trabajar en Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra (2003): «No, para nada me gustó la experiencia. Si eso es por lo que tengo que pasar para hacer una película de Hollywood, prefiero hacer otra cosa. Simplemente no es lo que busco ni lo que me gusta».