En el pasado Festival de Berlín, Sebastian Stan se llevó el premio al mejor actor por su impresionante interpretación en A Different Man. Antes, habíamos visto al actor nacido en Rumanía en 1982 pero criado en Estados Unidos (donde llegó con su madre cuando tenía 12 años) resultar más que creíble como el músico Tommy Lee en la sensacional serie Pam & Tommy (2022) y disfrutando de una cierta popularidad gracias a su Soldado de Invierno, Bucky Burnes, en el Universo Cinematográfico de Marvel.
Pero el año 2024 ha sido el de su consagración definitiva, con doble nominación a los Globos de Oro, como actor en drama por ser Donald Trump en The Apprentice y como actor en comedia / musical por A Different Man. Ganó por esta última, donde interpreta a un aspirante a actor con la cara horriblemente deformada debido a una enfermedad. Con ese aspecto le vemos la mitad de la película, porque en la segunda parte, más o menos a la hora, aparece Sebastian Stan con su aspecto real. Edward se ha sometido a un procedimiento médico radical para transformar drásticamente su apariencia. Un nuevo rostro, el del actor, y un sorprendente giro argumental que lleva a la película al terreno del absurdo, o de la pesadilla, cuando se prepara una obra de teatro sobre su vida anterior y no es elegido para protagonizarla (aunque se coloque una máscara de lo más real). Edward puede recordar a Trelkovsky, el personaje interpretado por Roman Polanski en El quimérico inquilino (Le Locataire) (1976), según la novela de Roland Topor. Atrapado en una trama absurda, no hay salvación para el pobre Edward, aunque haya dejado atrás su repulsivo rostro y ahora tenga la apariencia de un galán de cine.
A Different Man no es Mask (1985), la película de Peter Bogdanovich que le valió el premio a la mejor actriz en Cannes a Cher por su interpretación de la madre del chico protagonista. Tampoco es Monster (2003), ese true crime sobre la asesina Aileen Wuornos que llevó a Charlize Theron a la sala de maquillaje para transformarse completamente (y de paso ganó el Oscar). Sebastian Stan luce en A Different Man más prótesis que Charlize, y tiene prácticamente asegurada la nominación al Oscar.
Pero la sorpresa llega cuando entra en escena el carismático Oswald, un nuevo personaje en la trama que tiene el mismo aspecto que el primer Edward (la cara deformada terriblemente). La gente en la película se pregunta si Oswald es así de verdad o está caracterizado. Lo mismo que hacemos nosotros con el actor que interpreta este personaje. Se llama Adam Pearson, debutó en el cine con Under the Skin (2013) y esta es la segunda película en la que le dirige Aaron Schimberg tras Chained For Life (2018). Pearson sufre neurofromatosis, así que no, no lleva ningún tipo de maquillaje, como su personaje, y está fantástico como el polo opuesto del perdido Edward. Oswald sabe perfectamente desenvolverse por la vida, se mete a la gente en el bolsillo y tiene el carisma de una auténtica estrella de cine.
A Different Man se rodó en 22 días durante la pandemia de COVID-19 y el confinamiento. Es una de las mejores películas del año y ha colocado a Sebastian Stan como uno de los grandes rivales de Adrien Brody para conseguir el Oscar. The Brutalist es una película más grande y más ambiciosa, 3 horas y 35 minutos de puro espectáculo. A Different Man “solo” dura 1 hora 52 minutos, pero puede dar la sorpresa. En 1955 ganó el Oscar a la mejor película, director (Delbert Mann) y actor (Ernest Borgnine) la pequeña producción Marty. Borgnine competía con James Dean, Frank Sinatra, James Cagney y Spencer Tracy. En el apartado mejor película estaban las potentes La colina del adiós y Picnic. No es la primera vez que la pequeña se come a la grande.
Por cierto, la película «con judíos que cantan» que dice acaba de ver Edward ¿puede ser la estupenda El amor en su lugar, de Rodrigo Cortés?
A Different Man se estrena el 31 de enero
