La actriz nacida en Nueva York en 1985 está de promoción por el estreno de Ellas Hablan. En la foto la vemos en la premiere mundial de la película de Sarah Polley en el pasado Festival de Toronto, donde Mara lució espectacular.
Rooney tiene madera de estrella, ha estado nominada al Oscar en dos ocasiones (como protagonista por Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres y como secundaria por Carol), su pareja es el actor Joaquin Phoenix, con el que tiene un hijo al que han llamado River en honor al recordado hermano de Joaquin, y entre sus proyectos están una película con el director polaco Pawel Pawlikowski (Cold War, Ida) que se titulará The Island, y una comedia con el cineasta mexicano Alfonso Ruizpalacios ambientada en la cocina de un restaurante de Nueva York donde se mezclan culturas de todo el mundo durante la hora del almuerzo.
A la actriz le va bien, pero no siempre fue así. Por ejemplo, justo antes de La Red Social (2010), la película que cambió su vida y su carrera, Rooney intervino en Pesadilla en Elm Street. El Origen, una nueva vuelta de tuerca al mito de Freddy Krueger que no gustó a nadie, y menos que a nadie al «padre de la criatura», Wes Craven. Rooney Mara todavía recuerda lo horrible que fue: «Pensé en abandonar después de rodarla. Fue una experiencia agotadora. No disfruté nada haciendo esa película y pensé que si así era como se hacía el cine, no me interesaba seguir actuando».
Las cosas son muy diferentes ahora y Rooney Mara estrena buenas y necesarias películas que engrandecen el cine. Como Ellas hablan, donde interpreta a Ona, la hija mayor de Agata (Judith Ivey) y una de esas mujeres de una aislada comunidad religiosa que en 2010 luchan por reconciliar su realidad con su fe.