Palabra de Christopher Nolan 

El Objetivo de Nolan para contar la historia de J. Robert Oppenheimer:

«Mi intención era transportar al público a la mente y la experiencia de una persona que ocupó el centro absoluto del mundo durante el momento de cambio de mayor envergadura de la historia. Nos guste o no, J. Robert Oppenheimer es la persona más importante que jamás haya vivido. Convirtió el mundo en el que vivimos en lo que es ahora, para bien o para mal. Y su historia hay que verla para creerla».

El gran dilema de Oppenheimer:

«En los momentos precedentes a la prueba Trinity, Oppeheimer y su equipo estuvieron lidiando con la remota posibilidad de que, cuando apretaran aquel botón y detonaran esa primera bomba, incendiarían la atmósfera y destruirían todo el planeta. No había ninguna base matemática ni teórica que les permitiera descartar totalmente esa posibilidad, por pequeña que fuera. Y, pese a todo, decidieron pulsar el botón. Es un momento extraordinario en la historia de la humanidad. Quería llevar al público a esa estancia y que estuviera allí presenciando esa conversación, para que luego viera también el momento de pulsar el botón. Fue un instante absolutamente increíble, si te paras a pensarlo. Ese inmenso riesgo. La relación entre ciencia, teoría, intelecto —las cosas que podemos imaginar— frente a la naturaleza práctica de llevar esas ideas abstractas al mundo real, lidiar con ellas como realidades concretas, y todas sus consecuencias». (Prueba de la fascinación de Nolan con «la terrible posibilidad» puede hallarse en su anterior película, Tenet, que mencionaba la historia).

En la mente de Oppenheimer

«La historia de Oppenheimer es una de las más grandes que pueden contarse. Está plagada de paradojas y dilemas éticos, y esa es la clase de material que siempre me ha interesado. Mientras la película trata de ayudar al público a entender por qué la gente ha hecho cosas del modo que las ha hecho, al mismo tiempo plantea la pregunta de si esa gente debería haberse comportado así. Y el cine, como medio narrativo, es la herramienta perfecta para sumergir al público en una experiencia subjetiva, dejando que sean los espectadores quienes juzguen las cosas del mismo modo que lo hacen los personajes, intentando al mismo tiempo mirar a estos personajes con un poco más de objetividad. En diferentes momentos, tratamos de meternos en la psique de Oppenheimer y de embarcar al espectador en su viaje emocional. Ese fue el desafío de la película: contar la historia de una persona que estaba involucrada en lo que acabó siendo una secuencia de eventos destructiva extraordinaria, pero llevada a cabo por las razones correctas, y contarla desde su punto de vista».

LONDON, ENGLAND – JULY 13: Director Christopher Nolan attends the UK Premiere of «Oppenheimer» at Odeon Luxe Leicester Square on July 13, 2023 in London, England. (Photo by Kate Green/Getty Images for Universal Pictures)

Cillian Murphy, el actor por fin protagonista  

«He tenido la enorme suerte de trabajar con muchos actores de gran talento desde el comienzo de sus carreras, y Cillian es uno de ellos. La primera vez que trabajé con él (en Batman Begins, en 2005) era bastante novato, pero estaba claro que contaba con un talento extraordinario. Además, conectamos personal, profesional y creativamente. Por eso, siempre estoy buscando el modo de colaborar con Cillian. Fue maravilloso poder coger el teléfono y decirle: “Llegó el momento, esta es la película en la que tú vas a ser el protagonista; te ofrezco un personaje que va a exigirte emplear cada aspecto de tu talento y a ponerte a prueba de un modo que nunca habías conocido”. Y se mostró totalmente dispuesto. Fue realmente un sueño hecho realidad para los dos».

Arropando a Cillian 

«Cillian interpretando a Oppenheimer era la pieza central de la película. Pero sabía que iba a necesitar un reparto extraordinario para arroparlo, grandes actores que pudieran desafiarlo y motivarlo. En una película con tantas caras distintas, cada personaje tenía que diferenciarse claramente del resto y resultar creíble. Por ello, la envergadura del grupo que el director de casting logró juntar es uno de los grandes atractivos de la película. Es enormemente importante que los espectadores sean capaces de seguir quién hace qué y quién es importante por una u otra causa. Estos actores llegaban todos los días al set con un conocimiento muy específico y sin fisuras del papel de su personaje en la situación, cuál fue su contribución al Proyecto Manhattan, qué aportaron a una reunión, un experimento o un argumento concreto en determinado día. En consecuencia, todos los días estaba en el set rodeado de actores que sabían más que yo sobre lo que estaba pasando, desde su punto de vista, y eso es lo que buscas precisamente como director».

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