Dice Jason Blum que hace películas de terror porque son baratas, porque son una apuesta comercial casi siempre segura y porque con ellas se puede hacer cine político y llegar donde el cine mainstream no puede. Por ejemplo, las películas de la saga The Purge le permitieron dar un par de bofetadas a las políticas de Donald Trump. El productor presume que desde que estrenó Paranormal Activity (2007) (15.000 dólares de presupuesto, 200 millones de taquilla) no ha perdido jamás dinero. Y ahí están los números para confirmarlo. Blum tiene más de 30 proyectos en marcha entre largometrajes y series.
Entre los más interesantes, una nueva versión del mito del Hombre Lobo que protagonizan Christopher Abbott y Julia Garner.
El nuevo proyecto del español Jaume Collet-Serrra, una película ambiciosa pero modesta en su presupuesto titulada The Woman in the Yard.
Las nuevas entregas M3GAN 2.0, The Black Phone 2 y Five Nights at Freddy’s 2. Una serie basada en la novela The Rainmaker, de John Grisham, ya llevada al cine por Francis Ford Coppola en 1997, y otra basada en la serie literaria creada por Patricia Cornwell sobre la forense Kay Scarpetta que protagonizarán Nicole Kidman y Jamie Lee Curtis. Y el nuevo proyecto de Darren Aronofsky, Adrift, con Jared Leto como un marinero que encuentra un barco fantasma.