James Bond viaja en tren siempre que puede

A lo largo de 25 películas, James Bond ha viajado por todo el mundo, en coche, barco, lancha, yate, autobús, avión, avioneta, dirigible, moto, helicóptero, submarino, teleférico, nave espacial y, por su puesto en tren, hasta el punto de que podríamos decir que junto el coche es el medio de transporte favorito de 007. Estos son los momentos más espectaculares de James Bond en un tren y es que ya sabes que es Renfe es tu tren

Sean Connery y Daniela Bianchi en el Orient Express

En el Orient Express con Connery

La primera vez que vemos a James Bond en un tren en el cine es a bordo del Orient Express en la segunda película de la serie, Desde Rusia con amor (From Russia with Love) (1963). Bond (Sean Connery) y su aliada rusa Tatiana Romanova (Daniela Bianchi) huyen de Estambul y suben en el mítico tren que cubría la ruta París-Estambul desde su inauguración en 1883. La pareja llega a Belgrado a las nueve de la mañana y luego el tren pasa por Vincovci y Brod. Lo que no saben el agente y Tatiana es que también ha comprado un pasaje Donald “Red” Grant (Robert Shaw), el despiadado asesino de SPECTRE que tiene como misión acabar con 007. Los dos hombres se enfrentan en el estrecho compartimento de la pareja, en una brutal escena de pelea que todavía es antológica, mientras Tatiana yace inconsciente en la litera. Esa tensa escena dentro del compartimento se rodó en cinco días. “La pelea entre Grant y Bond era complicada porque el espacio era muy limitado. Todo salió bien, salvo por las bromas habituales de Sean. Me hacía cosquillas para hacerme reír cuando se suponía que debía estar medio muerta a causa de los sedantes que Grant me había suministrado”, recuerda la italiana Daniela Bianchi.

Las escenas previas se rodaron en la estación de tren de Sirkeci, en el centro de Estambul y todavía hoy un lugar donde los curiosos y fans de James Bond acuden para recordar al agente. Ese lugar hizo las veces de las estaciones de Estambul, Zagreb y Santa Sofía. “Para que la estación pareciera diferente, se decoró con un quiosco de mentira lleno de periódicos y revistas”, nos cuenta Paul Duncan, editor de la monumental Los archivos de James Bond (Taschen). Luego el equipo viajó a Halkal en tren para rodar al Orient Express deteniéndose en el cruce de vías, un momento que resultó complicado ya que tuvieron que interrumpir varias veces la grabación porque no paraban de pasar trenes, cosa que obligaba a cambiar constantemente de vía al tren que se estaba utilizando para el rodaje.

Roger Moore y Jane Seymour en Vive y deja morir

Moore se compra un billete

Un James Bond con otro rostro, el de Roger Moore, se subió por primera vez a un tren en Vive y deja morir (Live and Let Die) (1973). 007 viaja con Solitaire (Jane Seymour) en tren rumbo a Nueva York tras acabar con el malvado doctor Kananga (Yaphet Kotto) en su guarida de San Monique. Es una escena característica de las películas de Bond: el villano reaparece de repente. Esto ocurre en el vagón del tren y el matón en esta ocasión es Tee Hee (Julius W. Harris) al que le falta el brazo derecho y en su lugar lleva una letal pinza metálica. En un principio se pensó rodar en la estación ferroviaria de Alabama, lo que implicaba tres noches de trabajo para que estuviera despejada de pasajeros. Al final se decidió ahorrar ese momento y que Tee Hee subiera directamente al tren sin pisar la estación porque está oculto en una saca de correos que los mozos cargan en uno de los vagones.

Roger Moore y Barbara Bach un viaje en tren muy movido

En 1977, James Bond (Roger Moore) y La espía que me amó, la rusa Anya Amasova (Barbara Bach) viajan en tren hacia Cerdeña cuando son atacados por el enorme Tiburón (Richard Kiel). En esa pelea, una variación de las que vimos en las dos películas anteriores, Bond termina tirando al malo por la ventana del tren, aunque antes improvisa y convierte una lámpara en un cepillo de dientes eléctrico. Para ese momento entró en escena el legendario coordinador de especialistas Bob Simmons. Se utilizó una lámina de vidrio y la escena salió bien… salvo por los cortes en la frente del doble de acción.

Octopussy

Algunas de las escenas más importantes de Octopussy (1983) se desarrollan a bordo de un tren, el que transporta a la tropa circense de Octopussy a través de Europa hasta llegar a Alemania del Este. En un momento realmente complicado, 007 está agarrado a la cara inferior del tren para luego subir al techo, mientras el sádico Gobinda (Kabir Bedi) le ataca con una espada. “Rodábamos por el techo del tren, pero no estaba en movimiento. La escena se filmó en la comodidad de los estudios Pinewood. Aun así, si te caes, duele”, recuerda el inolvidable Sandokán.

El Tren Darth de Goldeneye

Brosnan en el “tren Darth”

El siguiente tren en una aventura de James Bond lo vemos en Goldeneye (1995), cuando el que fuera agente 006 Alec Trevelyan (Sean Bean) convertido en enemigo escapa a bordo de un tren. 007 lo intercepta montado en un tanque en una secuencia espectacular que termina con Bond (Pierce Brosnan) y su aliada Natalya Simonova (Izabella Scorupco) atrapados en esa máquina infernal que los miembros del equipo llamaban el “tren Darth” porque tan negro y amenazador recordaba a Darth Vader. Lo cierto es que no era un tren de verdad porque no se consiguió que el elegido avanzara a la velocidad deseada. En su lugar se construyó una maqueta en los estudios Leavesden en el sureste de Inglaterra. La máquina se hizo a una escala de 1:5 de tal forma que era imposible diferenciar el real de la imitación.

Daniel Craig y Eva Green rumbo a Montenegro

Daniel se sube al tren

Una de las mejores escenas de toda la saga cinematográfica de James Bond, por cómo está escrita, rodada e interpretada, es el primer encuentro entre 007 (Daniel Craig) y la agente del Departamento del Tesoro Vesper Lynd (Eva Green) en Casino Royale (2006). Se produce en el tren de alta velocidad Pendolino que lleva a la pareja a Montenegro, donde se va a celebrar la decisiva partida de póquer. La escena se rodó el 27 de marzo de 2006 en los estudios Modrany de Praga. Mientras el tren recorre los maravillosos paisajes, Bond y Vesper mantienen un intercambio verbal, diálogo lleno de inteligentes réplicas y tensión sexual.

Naomie Harris a punto de disparar…

En la película más taquillera de la saga, Skyfall (2012), la aventura arranca en Turquía, en una espectacular persecución donde Bond hará todo lo posible para cazar a Patrice (Ola Rapace), un asesino a sueldo. La escena termina con los dos hombres en el techo de un tren que va a toda velocidad, Eve Moneypenny (Naomie Harris) apuntándoles desde un puente y M (Judi Dench) dando la orden a la mujer de que dispare… Pero la chica, que es una agente de campo inexperta, le da sin querer a Bond y este cae a un río sobre el que pasa en ese momento el tren. Tras ese impactante momento, comienza a sonar la inolvidable canción de Adele que ganó el Oscar.

Daniel Craig y Léa Seydoux preparados para encontrarse con Spectre

La última vez que hemos visto a James Bond a bordo de un tren, por lo menos al 007 de Daniel Craig a la espera de que las noticias de una nueva aventura y un nuevo actor sean algo más que rumores, ha sido en Spectre (2015). Madeleine Swann (Léa Seydoux) es la mujer que ha enamorado al agente con licencia para matar tras la decepción que supuso la traición de Vesper. La pareja viaja en tren al refugio en el desierto de Marruecos del misterioso Oberhauser (Christoph Waltz), que resultará ser en realidad el mayor enemigo que ha tenido Bond en toda su vida: Ernst Stavro Blofeld. Esta escena se rodó en el plató 007 de los estudios Pinewood, Londres, donde se construyeron varios vagones de tren. Y como antes había pasado en Desde Rusia con amor, Vive y deja morir y La espía que me amó, el viaje es interrumpido por el ataque del matón Hinx (Dave Bautista), una bestia parda que pelea con la pareja de vagón en vagón. El tren queda parcialmente destrozado, pero el momento es espectacular. “Bond vuela por los aires, atraviesa puertas, sale despedido por los pasillos, aterriza sobre mesas y derriba las paredes de los baños. Los del departamento de decorados, esos pobres chicos, tuvieron que trabajar duro porque destrozamos ese tren”, recuerda con humor Bautista.

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