«He visto niños a los que sólo les importa actuar; es su vida y es todo lo que tienen, y no es algo agradable de ver. No es saludable». Nicholas Hoult sabe de lo que habla porque empezó como actor con seis años en la película Relaciones íntimas (1996), que era para mayores y la protagonizaron Julie Walters y Rupert Graves.
Luego llegó Un niño grande (2002), un éxito de taquilla gracias sobre todo a la química entre el chaval Hoult y Hugh Grant. «Hugh fue maravilloso. Me ayudó mucho dándome ideas y enseñándome algo nuevo todos los días. Realmente me ayudó a entrar en mi papel. Ahora es mi ídolo. Él y Jim Carrey, con el que me gustaría trabajar algún día».
Nicholas ha pasado con éxito lo más difícil para un niño actor: desarrollar una carrera de adulto. Sus recuerdos de Un niño grande son los de un crío. Los directores Chris Weitz y Paul Weitz le regalaron una PlayStation, una de las cazadoras que lleva en la película y el hámster que tiene su personaje y con el dinero que le pagaron se compró una bicicleta.
Renfield se estrena el 14 de abril.