Demonios en el jardín

Cuando la formidable Norma Haverhill dice “el dinero es el mejor estiércol”, algo nos impulsa como espectadores a recordar a las grandes damas del cine negro, las de Raymond Chandler, Jim Thompson o Ross Macdonald, esas señoras tremendas forradas de dinero, que vivían en grandes mansiones, controlaban como buitres a sus familiares y dominaban el terreno desde su torre de oro para que nada se descontrolase. Eran las que en alguna ocasión y refunfuñando, contrataban los servicios del pobre detective privado, el mismo que tarde o temprano terminaba siendo blanco de su ira. Norma es como una araña venenosa en su jardín, es como Violet Venable en Suddenly, Last Summer, de Tennessee Williams, y la interpreta Sigourney Weaver rodeada de flores.

Norma Haverhill, la gran dama en el jardín

El Maestro jardinero no es cine negro, pero en algunos momentos se acerca mucho. Navel Roth no es un detective privado, es el jardinero que trabaja para Norma cuidando su impresionante jardín, que incluso se abre al público para visitas guiadas. Lo interpreta el australiano Joel Edgerton con un corte de pelo a lo «Juventudes hitlerianas». Roth lleva el cuerpo tatuado y, efectivamente, muchos demonios en el armario (o en el jardín). El actor fue elegido porque Schrader buscaba “a alguien que se pareciera a Robert Mitchum, con ese físico norteamericano de los años 50”.

Joel Edgerton y su parecido con Robert Mitchum, que fue Philip Marlowe en el cine

Ellos son los protagonistas de la última película del gran Paul Schrader, de los pocos «Moteros tranquilos, Toros salvajes» que quedan en activo (Martin Scorsese será otro, para el que Schrader ha escrito Al límite, La última tentación de Cristo, Toro salvaje y Taxi Driver). Schrader además es el guionista de El ex preso de Corea (Rolling Thunder) (1977), la película favorita de Quentin Tarantino, homenajeada en el último Festival de Cannes en una multitudinaria Master Class impartida por su ilustre fan número uno. 

¿Quién es Schrader?

Schrader, para hacerse una idea, es el hombre que sólo necesitó 10 días para escribir Taxi Driver (1976): siete para terminar un primer borrador y tres para reescribirlo. En el imprescindible Moteros tranquilos, toros salvajes, Peter Biskind nos ofrece una descripción del cineasta que no tiene desperdicio. Habla del Schrader de la década de 1970 como un tipo “bajito, con su pelo negro grasiento, la nariz ancha y carnosa y sus gafas de payaso a lo Groucho Marx, conservaba todas las fragilidades de la infancia pese a estar en los primeros años de la madurez. Tenía tics nerviosos, úlcera, asma, y un defecto del habla lo hacía farfullar con timidez; cuando hablaba, bajaba la vista y se miraba los pies. También era claustrofóbico. Con todo, Schrader tenía una inteligencia formidable y la capacidad de reinventarse una y cien veces”.

Paul Schrader, bajito, nariz ancha y gafas de payaso

Y tanto, porque el director, a punto de cumplir 77 años, ha resucitado varias veces. Un guionista estrella para Sydney Pollack, Scorsese y Brian de Palma a mediados de 1970, para luego convertirse en director de éxito con American Gigolo (1980) y terminar siendo un superviviente que hace lo que puede y lo que le dejan, como las estupendas El placer de los extraños (1990), Aflicción (1997) o Desenfocado (2002), hasta ser despedido del rodaje de El exorcista: El comienzo (2004) porque su enfoque de «thriller psicológico» era «comercialmente invendible». 

El Maestro jardinero se presentó en el pasado Festival de Venecia (donde Schrader recibió el León de Oro en honor a toda su carrera) y cuenta la historia de un hombre atormentado que en el pasado fue asesino a sueldo del supremacismo blanco, su peculiar relación con una viuda rica y con la rebelde y problemática sobrina nieta de la señora. Todo eso ambientado en Gracewood Gardens, una histórica finca rodeada de maravillosos jardines.

La culminación de un tríptico

La película representa, además, la culminación de un tríptico que comenzó en 2017 con El reverendo y siguió con El contador de cartas (2021), con una figura solitaria que lucha con su pasado, se esconde y espera que algo cambie. “El personaje surgió con Taxi Driver (1976), que era una extensión del héroe existencial de la ficción europea”, dice Schrader. Cada capítulo de la trilogía se refiere a hombres que se enfrentan a crisis existenciales con vidas solitarias y que se esconden detrás de sus trabajos cotidianos, ya sea como reverendo, jugador de cartas o, como en el caso de Master Gardener, un horticultor. “Se trata de encontrar una metáfora rica y compleja, ya sea un gigoló (American Gigoló, 1980), un traficante de drogas (Posibilidad de escape, 1992), un jugador (El contador de cartas, 2021) o un jardinero. La jardinería es una metáfora especialmente rica, tanto en lo positivo como en lo negativo”. 

Joel Edgerton y Quintessa Swindell, que interpreta a la sobrina nieta de la gran dama de Gracewood Gardens

El Maestro jardinero cierra el círculo que abrió Taxi Driver en la carrera de Schrader. “Esta vez tenemos a un hombre atrapado entre dos mujeres, una lo suficientemente mayor para ser su madre y la otra lo suficientemente joven para ser su hija”. Es la primera vez desde Taxi Driver que Schrader cuenta con dos mujeres en una de estas historias. “Me pareció interesante ver qué pasaría si el personaje de Cybill Shepherd en Taxi Driver, Betsy, se tomara un café con la Iris de Jodie Foster”.

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