Carey es inglesa de 1985, nominada dos veces al Oscar, por An Education (2009) y Promising Young Woman (2020), y en Al descubierto interpreta a la periodista Megan Twohey.
En octubre de 2016, casi un año antes de la fecha en la que la historia sobre Weinstein se hizo pública, Megan Twohey firmó junto con el reportero Michael Barbaro un artículo detallando alegaciones de que el por entonces candidato a la presidencia Donald Trump había iniciado contactos sexuales no consentidos con dos mujeres en años anteriores. Después de aquello, Twohey se convirtió en objetivo de los seguidores más acérrimos de Trump y recibió numerosas amenazas a su integridad física.
Pero Twohey no es alguien que se deje acobardar por tácticas intimidatorias. Hija de dos periodistas (su padre trabajó en el Chicago Tribune y en The Washington Post, su madre fue presentadora de noticias), Twohey nunca se ha apartado de su compromiso con perseguir la verdad sobre cualquier figura u organización poderosa. De hecho, ha demostrado en repetidas ocasiones una audacia incondicional a la hora de plantar cara a conductas reprobables y una calidez y una empatía absolutamente genuinas a la hora de hablar de aquellos que han sido perjudicados.
Esa combinación de rasgos única impresionó a Carey Mulligan, la actriz que la interpreta en Al descubierto. «Para mí, estar en esta película fue como un intento por mi parte de intentar entender la psicología que debes tener para ser periodista de investigación. Para Megan, me parece que el periodismo es una vocación. No es un trabajo. No podría haberse dedicado a ninguna otra cosa».
Además, Mulligan sintió una fuerte conexión con un aspecto concreto de la vida personal de Twohey. Ambas lidiaron con una depresión posparto tras el nacimiento de sus hijas y, para ambas, el trabajo se convirtió en un medio fundamental para recuperar un equilibrio saludable. La historia de Weinstein fue la primera investigación que Twohey asumió tras su permiso de maternidad.
«Le hice a Megan cien mil preguntas. Es muy segura e irradia una gran calma. Puede contar una historia y ser divertida, pero a la vez muy seca. Es profundamente apasionada con ciertas cosas, pero no emotiva. La mayoría de los personajes que he interpretado se pasan toda la película llorando, así que me di cuenta de que en esta ocasión, tocaba interpretar un papel sin lágrimas. Siente las cosas muy intensamente, pero no vive en la superficie; eso era lo que yo quería transmitir», cuenta la actriz.