“En algunas películas se trata el tema del abuso en sí mismo desde un punto de vista un tanto morboso y sensacionalista. Este no es el caso”. Esto que dice la productora Lindsay Tapscott es importante. Ella no las nombra, pero todos tenemos en mente Durmiendo con su enemigo (1991), Nunca más (Enough) (2002) o la serie Big Little Lies (2017), donde Julia Roberts, Jennifer Lopez y Nicole Kidman tenían maridos maltratadores.
En Alice, cariño las cosas son más complicadas, como nos explica su actriz protagonista, la pequeña (mide 1,57) pero poderosa (estuvo nominada al Oscar por Up in the Air) Anna Kendrick. “Me ha gustado mucho cómo la guionista Alanna Francis cuenta esta historia sobre una relación tóxica y abusiva, que no tiene nada que ver con las representaciones habituales de este tipo de situación en el cine. La forma en la que Alanna capta la angustia interna de esta mujer y el viaje tan sutil pero gratificante en el que se embarca, es un acierto total. De ahí que me haya interesado tanto el proyecto”.
La naturaleza oculta de la relación de Alice con su novio, Simon, su comportamiento controlador y la tendencia de Alice a aceptar una culpa que no es suya con tal de no tener una bronca conectó con la actriz. “Creo que todo el mundo conoce este tipo de abuso tan confuso como insidioso, ya haya sido en primera persona o en alguien que conoces. Has visto cómo esa persona ha empezado a menospreciarse y has percibido o has visto el agobio que sufría sin poder explicar qué estaba pasando exactamente. Es una sensación muy desconcertante, y no sabes qué decir, qué hacer o cómo ayudar”.
Cuando el público conoce a Alice, ella se niega a aceptar la realidad de su tensa relación con su novio y lo tóxica que es. “Cuando conocemos a Alice no es plenamente consciente de quién es. Ha sido un personaje muy extraño con el que fundirme porque la clave de esta mujer es que se ha olvidado de quién es. Se ha convertido en una persona que dedica todos sus esfuerzos y toda su energía a menospreciarse y a ser flexible para gestionar y anticiparse a las posibles reacciones de su pareja. Se ha convencido de que, si hace las cosas correctamente, si es perfecta, todo irá bien. Esa forma de pensar se va instalando poco a poco y, antes de que se haya dado cuenta, ya no se reconoce. Solo baja la guardia cuando está con sus amigas íntimas. Es interesante porque de primeras rechaza las evidencias. No quiere reconocer lo que está pasando ni aceptarlo porque sabe que si lo hace y después vuelve con su pareja, tendrá bronca, y se desmoronará el mundo que tanto empeño ha puesto en construir. Por mucho que al hacerlo el daño se lo haga fundamentalmente a sí misma”.
La directora de la película, Mary Nighy, que es hija del actor Billy Nighy, sólo tiene palabras de elogio para su actriz. “Queríamos contar la historia desde un punto de vista distinto al que suelen presentar la mayoría de historias sobre relaciones de abuso. Queríamos explorar el abuso emocional, una situación que es más sutil que la de un maltrato físico. Esas historias son tremendas, desde luego, pero la nuestra se centra en el abuso emocional, donde todo ocurre debajo de la superficie, de una manera menos abierta. Anna es una gran profesional. Al llegar al rodaje estaba muy preparada y estuvo fantástica. Clavaba las tomas a la primera, todos los días estaba tremenda. Ha conseguido meterse en el papel de Alice y enfundarse esa especie de máscara con la que se protege, aunque se va resquebrajando a medida que avanza el filme y nos deja entrever el dolor y la tensión que sufre esta persona que intenta poner buena cara y hacer ver que todo va bien”.
Kendrick describe la película como un trabajo de equilibrismo que le exigió gestionar los diferentes pretextos y manipulaciones que va aceptando su personaje para crear una «realidad» que es, cuanto menos, inconstante. “Trabajé mano a mano con Mary para dar con el equilibrio perfecto al mostrar que algo no iba bien. No obstante, tampoco queríamos que fuera superobvio. No queríamos que Simon empujara a Alice contra una pared para que el público pensara “Vale, este tío es un abusador”. Queríamos que los espectadores transitaran por el mismo espacio terrible que habita Alice, sin saber si esta relación está bien o mal, o si todo esto son imaginaciones suyas. Queremos que el público acompañe a Alice en este viaje incómodo, que se meta con ella en este limbo donde es difícil saber qué está pasando, donde puedan pensar que quizá Alice simplemente es un poco sensible o que quizá Alice está un poco loca. Por otra parte, también quería asegurarme de que se entendiera que Simon nunca va a cambiar. Un hombre como él le contaría a toda persona que quisiera escucharle que tenía una novia que estaba chalada”.
La película se rodó durante 20 días en Toronto y en Clear Lake (Ontario), donde estaba ubicada la casa del lago.
¿Dónde puedo encontrar a Anna Kendrick? Además de Up in the Air (2009), la película que marcó un antes y un después en su carrera, la actriz aparece en el thriller Un pequeño favor (2018), junto a Blake Lively, el musical Into the Woods (2014), donde interpretaba a Cenicienta, El contador (2016), con Ben Affleck, el drama criminal Sin tregua (2012) de David Ayer con Jake Gyllenhaal y las sagas Dando la Nota y Crepúsculo.