¿La mejor interpretación gana el Oscar? A veces. No seamos demasiado cínicos. Pero incluso el aficionado más imparcial sabe que llegar al podio requiere una narrativa, una historia detrás de la historia. Ayer, en la 97 Ceremonia de los Oscars, Hollywood traicionó a Demi Moore. La protagonista de La Sustancia no se llevó la estatuilla. La actriz, de 62 años perdió frente a la jovencísima Mikey Madison, 25, que ganó por su papel en Anora. Moore, visiblemente defraudada apretó los dientes cuando escuchó de labios de Emma Stone el nombre de Madison, pero se recuperó rápidamente para aplaudir a su compañera. “Esto es muy surrealista”, afirmó Madison al aceptar el premio. “Crecí en Los Angeles, pero a Hollywood siempre le sentí muy lejos de mí, así que estar aquí, en esta sala hoy, es realmente increíble”.

Un historia de éxito
Anora, una comedia dramática sobre una trabajadora sexual que se casa con el hijo mimado de un oligarca ruso. Triunfó el domingo en la 97ª edición de los Premios de la Academia, ganando cinco premios Oscar, incluido el premio a la mejor película. Su victoria coronó una temporada de premios tumultuosa. Pasó entre los favoritos a un ritmo vertiginoso, con contendientes como Emilia Pérez y The Brutalist viendo sus opciones desaparecer a medida que surgían informaciones polémicas a su alrededor.

Sean Baker, el inconformista detrás de Anora, fue reconocido por productor, director, editor y guionista de la película, convirtiéndose en la primera persona en ganar cuatro premios Oscar por la misma película. Fue una acogida extraordinaria por parte de la industria del entretenimiento. Se trata de un cineasta que en gran medida ha operado fuera de ella, haciendo películas de bajo presupuesto como Tangerine y The Florida Project.
La última película de Baker fue una de las favoritas de la crítica y su éxito en los Oscars es un momento decisivo para Neon, el distribuidor independiente detrás de Anora. Anteriormente guió a Parásitos a la categoría de mejor película en 2020. Adrien Brody, The Brutalist y Mikey Madison, Anora, se llevaron los máximos honores de actuación. Brody, ganador en el 2003 por El pianista, interpreta a un arquitecto emigrante, mientras que Madison obtuvo una sorpresiva victoria por su interpretación de una trabajadora sexual.

Kieran Culkin por A Real Pain fue nombrado mejor actor de reparto por su interpretación de un hombre con problemas en una gira por Polonia con su primo. Zoe Saldaña ganó como mejor actriz de reparto por su interpretación en Emilia Perez de una abogada que ayuda a un líder de un cártel a someterse a una cirugía de afirmación de género. Con lágrimas corriendo por su rostro, Saldaña se declaró “una hija orgullosa de padres inmigrantes”.
Otros triunfadores
Entre otros grandes ganadores, Aún estoy aquí, un drama familiar ambientado durante la dictadura militar de Brasil, fue nombrado mejor largometraje internacional. La cinta de Walter Selles ganó por primera vez el Oscar para Brasil.
Flow, una aventura animada de Letonia sobre los esfuerzos de un gato por sobrevivir a una inundación, obtuvo el premio a la mejor película animada por encima de Robot Salvaje y Del revés 2.
Y No Other Land, una mirada a los esfuerzos del gobierno israelí para obligar a los palestinos a abandonar sus hogares en Cisjordania, ganó el premio al mejor documental a pesar de tener dificultades para conseguir distribución. La película fue dirigida por un colectivo palestino-israelí de cuatro activistas.
Texto María Estévez (Los Angeles)